“Quizá -o sin duda- ese joven lector ha descubierto ya que, para
adueñarse cómodamente de ésos y otros mundos, para llenar la existencia propia
de experiencias ajenas y vivir mil vidas que de otro modo serían imposibles,
basta con abrir las tapas de un libro”
Arturo
Pérez Reverte, Un muchacho con un libro