Presentamos el blog

Presentamos el blog

Un grupo de profesores y profesoras muy próximos a la Biblioteca tomamos la iniciativa de confeccionar este blog que se presenta con la finalidad de compartir experiencias en torno a la lectura. Es intención de los creadores de este blog que sea abierto a toda la Comunidad Educativa, tanto en la confección de las entradas como en los comentarios que puedan hacerse sobre los temas que se traten. Os invitamos a participar y convertiros en sus protagonistas.

domingo, 5 de marzo de 2023

CONCURSO PARA ANIMAR A LA LECTURA: ¿QUÉ LIBRO LEO?

 

El Departamento de Lengua y Literatura junto a la Biblioteca del IES Aljada han convocado un concurso con el objetivo de fomentar la lectura entre los alumnos, implicándolos de forma directa en el proceso de selección de los libros de su interés. 

A continuación aparecen las bases de dicho concurso:  

  1. Podrán participar todos los alumnos y alumnas de ESO, Bachillerato y FP matriculados en el IES Aljada este curso 2022-23.
  2.  Se puede participar individualmente o en grupo.
  3. Los alumnos participantes deberán realizar un vídeo con el objetivo de animar a la lectura de su libro favorito.
  4. El vídeo tendrá una duración máxima de tres minutos.
  5. Los alumnos participantes podrán elegir una de las siguientes modalidades de presentación:

a) Vídeo-reseña literaria.

b) Book-tráiler.

  1. El vídeo debe enviarse a la siguiente dirección de correo electrónico, biblaljada@gmail.com , como archivo adjunto. En el asunto aparecerá el título del concurso y se incluirán en el cuerpo del mensaje los siguientes datos de los participantes: nombre y apellidos, curso y grupo.
  2. La fecha límite para enviar los vídeos es el 27 de marzo.
  3. Se premiarán los tres mejores trabajos, pudiendo quedar desiertos si el jurado así lo considera. El jurado, compuesto por profesores y profesoras del instituto, valorará la creatividad, los aspectos técnicos, formales y lingüísticos (sonido, iluminación, vestuario y atrezzo, interpretación, guion…) y, sobre todo, que el vídeo cumpla su principal objetivo: animar a la lectura del libro recomendado.
  4. Los alumnos premiados recibirán:

- Un diploma.

- Un libro.

- Un vale para desayunar en la cantina del instituto.

  1. Los premios se concederán durante el recreo del día 21 de abril en la biblioteca del instituto.
  2. Los trabajos premiados serán expuestos para conmemorar el Día del libro.
                                                 ¡ANIMAOS A PARTICIPAR!





El escritor Juan Ramón Barat visita el IES Aljada

 El pasado 27 de febrero el IES Aljada recibió la visita de Juan Ramón Barat, un escritor muy querido por profesores y alumnos de nuestro centro, que ya ha contado en varias ocasiones con su presencia. La visita forma parte del plan de fomento de la lectura (Plan Viator) del instituto. 

Los alumnos de 2º de ESO disfrutaron de un interesante y ameno coloquio con el autor de algunas de las obras que han leído durante este curso como Poesía para gorriones
 y Clara en la oscuridad. El escritor les habló del origen de su interés por la literatura en la adolescencia, de las peculiaridades de la profesión literaria y de sus libros. Los alumnos pudieron ampliar los conocimientos de las obras que habían leído y conocer otras obras del autor como Deja en paz a los muertos, La sepultura 142 Llueve sobre mi lápida, novelas de misterio cuya lectura Barat desaconsejó fervientemente asegurando que no les iban a dejar dormir. Ni que decir tiene que la mayoría de los alumnos se anotó los títulos para buscarlos en la biblioteca o comprarlos en la librería. Tras el encuentro, tuvo lugar la habitual firma de libros.
Aprovechamos estas líneas para agradecer a Juan Ramón, al que ya consideramos nuestro amigo, esta jornada de declaración de amor a la literatura y esperamos contar con su compañía en cursos venideros.


martes, 21 de febrero de 2023

CERTAMEN DE MICRORRELATOS INSTANTÁNEOS: PREMIADOS Y PREMIADAS

 Con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino el Departamento de Lengua del IES Aljada convocó un certamen de microrrelatos instantáneos. Provistos únicamente de un bolígrafo y de su imaginación e ingenio, los alumnos y alumnas se enfrentaron al desafío de escribir en tan solo media hora un microrrelato en el que debían aparecer tres de las siguientes palabras seleccionadas al azar: lentejas, Palencia, atardecer y cementerio.


Os presentamos a continuación los relatos premiados para que disfrutéis de su lectura.
 ¡Enhorabuena a los microescritores ganadores!


1º y 2º de ESO

PRIMER PREMIO: 

Estaba en el cementerio, al lado de la tumba de mi abuela fallecida hacía tan solo unas horas y nadie me acompañó al entierro, por lo que estaba sola. Estaba muy nerviosa y, por culpa de la situación, también observada, o eso creía. Quería despertarme y que me dijeran que esto era un sueño, pero no sucedía. Tras unos minutos vi unas luces entre tanta niebla. "¿La policía?", me pregunté. Estaba muy tranquila, la verdad. 
- Señorita Clara, ya puede dejar de fingir. Ya tenemos los resultados de la autopsia de su abuela y sabemos que la ha asesinado usando veneno en las lentejas que usted le sirvió- dijo una voz masculina.
Yo solo asentí. Ya ha terminado el sufrimiento. 

Aya Touimi, 2º DI


ACCÉSITS: 

Alice se había quedado paralizada. Blaise, la niña que ella cuidaba, estaba tirada en el suelo, sin vida. Se le llenaron los ojos de lágrimas al ver el disparo en el estómago de la niña, dándole a entender que era una androide... como ella. 
Los androides habían sido creados no mucho tiempo atrás por los científicos. Eran iguales a los humanos, solo se diferenciaban por el núcleo que tenían en su estómago que los mantenía con vida. Seguramente tuvieran que hacer un cementerio solo para ellos. 
Alice por fin reaccionó por el sonido de los disparos. Anuar, su guardia favorito, la llamaba a lo lejos. Intentó avanzar hacia él, pero de repente no escuchaba nada. Bajó la mirada hacia su estómago. Le habían dado. Lo último que vio antes de caer fue a su creador con un revólver, a Anuar corriendo hacia ella y el atardecer tan bonito de siempre. 

Alejandra Muñoz Avilés, 2º CI


Año 1975. Nacieron los gemelos Rotellz en un pequeño pueblo de Colombia. Sus padres tuvieron un pequeño accidente camino a una fiesta después de haber dejado a sus hijos con su abuela. 
La abuela quedó devastada al enterarse de la noticia. Tuvo que esperar a que sus nietos cumplieran quince años para que estuvieran preparados. Por aquel entonces se habían mudado a Palencia. 
Cuando la abuela fue capaz de contárselo, fueron de nuevo a Colombia para visitarlos en el cementerio. Esperaron que fuese tarde, para poder apreciar un hermoso atardecer, pero para su mala suerte fue un día de tormenta, sin un solo rayo de sol. 

Yasmin Tali, 1º F


3º y 4º de ESO

PRIMER PREMIO

Y se echó a llorar. No podía soportar la idea de que ella ya no estaba. Lo único que le quedaba eran los recuerdos de los bellos momentos que vivieron juntos. Pensaba en aquellos días jugando y riendo en la playa mientras contemplaban el atardecer, o también en aquellas vacaciones en Palencia donde se conocieron por primera vez. Se sentía devastado y se decía a sí mismo que su vida ya no tenía sentido. Entonces se escuchó la puerta abrirse. 
- ¡Bruno, ya estoy en casa!- gritó María al regresar del trabajo. 
Los ojos del perro se iluminaron y corrió a recibir a su dueña lleno de alegría. 

África Márquez Ortiz, 4ºCI


ACCÉSITS

El día acaba y el atardecer anuncia la noche. Abro los ojos y a mis lados dos piedras en forma de muerte destacan entre la niebla: son lápidas. Veo las almas pasearse y, aterrorizado, me doy cuenta de que estoy en un cementerio. Pero esa incertidumbre a la que temo desaparece cuando miro hacia arriba y mi nombre tallado se asoma. Estoy muerto y mi tumba me da la bienvenida. 

Gergana Georgiev Slavcheva, 4ºB


La promesa que te hice
Estoy tan feliz como angustiada. Hacía tiempo que no hacíamos esto juntas: hablar de la vida, con ironía, mientras nos sentamos felices a ver un colorido atardecer. Todo parece igual, solo que ahora soy yo la que está muerta en vida, sentada en el cementerio, hablando con tu alma, echando de menos tu risa, pero cumpliendo la promesa que te hice: estaremos unidas siempre, aunque haya entre nosotras una galaxia de almas dolidas. 

Ainhoa Martínez Escudero, 4ºB




XXXII CERTAMEN DE RELATO BREVE DEL IES ALJADA: ALUMNOS PREMIADOS

 Un curso más se ha celebrado una nueva convocatoria del ya tradicional Certamen de relato breve del IES Aljada. Este año los escritores participantes debían buscar la inspiración en el siguiente sintagma: En la ciudad perfecta... La elección del tema vino determinada por el deseo de vincular los relatos al Objetivo de Desarrollo Sostenible 12, Ciudades sostenibles, que estamos trabajando durante el presente curso de forma transversal en el instituto. 

Los alumnos premiados son los siguientes:

CATEGORÍA A:


PRIMER PREMIO: Vega Serrano Hernández, 2º ESO EI


SEGUNDO PREMIO: Marley Mendoza Mendoza, 1º ESO D


CATEGORÍA B:

PRIMER PREMIO: Sofía Soler Cámara, de 2º de Bachillerato CI

ACCÉSIT: Aya Soulaf Daif Farhaoui , de 4º ESO AI


Los galardonados recibieron sus premios el pasado 27 de febrero durante las jornadas de celebración de la festividad de Santo Tomás.  

¡ENHORABUENA!

Os animamos a participar en las próximas convocatorias de nuestro certamen, que volverá puntualmente cada curso con el invierno. 

Publicamos los textos premiados a continuación para que todo el mundo pueda disfrutar con ellos. 

¡FELIZ LECTURA A TODOS!


PRIMER PREMIO. CATEGORÍA A

Vega Serrano Hernández

SISTEMAS

En la ciudad perfecta nada es como debería. Todo mantiene su orden. Tal vez, cada uno de sus habitantes quede regido por unas normas para así poder hacerla llamar "la ciudad perfecta". Y no todo es lo que aparenta ser, ni siquiera las personas que habitan en ella. Hay una facción tratando de destruir todo lo que es impuesto. Personas capaces de alzar la voz y decir lo que piensan...Y esta sería su última noche.

——————————

—¡Yo, que soy participe de esta unión de protestantes silenciosos que vagan a través de la ciudad divulgando la información que se nos oculta, me niego a aceptar la mentira que se esparce y no caeré en la locura del sistema!.

Después de este gran grito de guerra me dispongo a bajar de la mesa en la que estoy subido y doy las más sinceras gracias a todos aquellos que me felicitan por mis palabras. Localizo un sitio en el que sentarme y me sirvo una copa mientras que los vítores y golpecitos en la espalda no cesan. No deberíamos hacer tanto ruido, y menos un sábado por la noche en mi sótano. Podrían matarnos a todos. 

—Todos los aquí presentes sabemos la realidad de la ciudad perfecta— ahora una mujer se pronuncia sobre la mesa —No nos creemos lo que nos venden. Todo lo idílico en esta ciudad no es más que una emboscada para controlarnos y que estemos a su servicio. ¡Pues yo digo que nos revelemos de una vez por todas y acabemos con todos ellos!

—¡No podemos!

Alguien ha gritado en la lejanía. Giro la cabeza de un lado a otro para localizar a la persona y me encuentro con un hombre anciano.

—¿Y según tú, por qué?— pregunta la mujer que todavía permanece sobre la mesa.

—Vamos, llevamos años igual. Lo hemos intentado todo. Han matado a muchos de los nuestros y nadie parece hacernos caso allí afuera. Nos persiguen y nos quieren muertos.

—¿Insinúas que nos rindamos? ¿¡Que no luchemos por nuestra libertad?!

—Solo digo que no conseguiremos nada si nos matan, no somos más que un par de hormigas para ellos. Pueden deshacerse de nosotros cuando quieran.

—Mejor morir luchando que morir lamentándose de no haber hecho nunca nada.

La mujer baja de un salto y se acerca al hombre calmadamente.

—Si eres tan cobarde, puedes irte.

En este momento, un sonido estridente proveniente de la puerta de arriba nos estremece a todos y se hace el silencio mientras los pelos del cuerpo se erizan. Suena de nuevo. Noto como todo retumba y vibra a mi alrededor. 

Solo puede significar una cosa. Nos han descubierto.

—¡¿Quién ha sido?!— grita la mujer con los ojos fuera de sus órbitas mientras mira de un lado a otro.

Siento un escalofrío recorrerme todo el cuerpo y después, oigo los gritos inarticulados de personas angustiadas que saben de su destino igual que yo y no están dispuestos a afrontarlo.

Ahora, no somos tan valientes como aparentamos ser y nunca lo seremos. No somos tan necios como deberíamos ser y nada de esto tiene sentido. No tiene sentido rebelarse contra algo más grande que uno mismo, más grande que cualquiera.

El señor anciano, que ahora se sitúa a mi lado, mantiene los ojos en el suelo. La mujer lo fulmina con la mirada y tiene el gesto distorsionado, como si estuviera enferma.

—¡Tú!, ¡maldito traidor!— dice acercándose a él con gesto amenazante.

Pero antes de que pueda llegar a él, la puerta de mi sótano se arranca y sale volando mientras más de veinte soldados bajan apuntando sus armas contra nosotros.

Levanto las manos en señal de rendición y apoyo las rodillas en el suelo al igual que todos. Si no tuviera costillas, mi corazón habría escapado. Y si no me encontrara en el sótano más frío de la ciudad, estaría mojado con mi propio sudor.

—¡Mataremos a todo aquel que se mueva o hable!— dice uno de los soldados.

No me muevo y menos ahora bajo amenaza. Miro de reojo al hombre anciano que se levanta con la ayuda de dos soldados y lo acompañan lentamente a la salida.

—¡Traidor!— grita la que anteriormente lo había acusado. Suena un disparo y no quiero mirar.

—¡Maldita insensata! ¡Mirad! ¡Esto es lo que conseguís tratando de destruir el sistema! 

No escucho ninguna respiración. Estoy completamente paralizado y asustado. Ya han arrebatado una vida. No tardarán en arrebatárme la mía.

Un soldado me recoge agresivamente del suelo y me arrastra hasta salir a la calle. Me agacha la cabeza y me mete en una furgoneta oscura y fría. Allí nos meten a todos. Menos a ella. No puedo pensar, creo que pierdo el conocimiento...

Me despierto en una habitación y el aire pesa. La oscuridad se come mis ojos y el frío me estremece. Y de repente lo oigo. El sonido de una máquina. Conozco mi destino.

Las bombillas se prenden de luz y me veo enganchado a una silla. El botón se pulsa y la electricidad corre por mis venas apagando todos mis órganos. Cierro los ojos y me voy...

Era inoportuno e imperfecto, un estorbo para el sistema. Al fin y al cabo, esto es lo que les sucede a la gente que como yo, viven en una "ciudad perfecta".




PRIMER PREMIO. CATEGORÍA B

Autora: Sofía Soler Cámara

Imagina vivir en París. Abrir los ojos y ver la torre Eiffel. No importa que se te peguen

las sábanas un poco, ya que entras a trabajar a las once de la mañana. Por supuesto, tu

trabajo es el que siempre has querido y para nada son rutinarios tus días. No fardas de lo

que tienes ni meriendas perlas, pero tu estómago nunca pasa hambre ni te quedan

caprichos por satisfacer. Tus vecinos te adoran y estás conociendo a alguien que

efectivamente, es ese alguien del que hablan en los libros y abunda en las películas.

Qué pena que no vivas en una. Realmente no has abierto los ojos aún, porque el mundo

no es perfecto. He aquí cuando sonó el despertador y volví al mundo real. No recordaba

nada de lo que había sucedido la noche anterior, sin embargo, decidí que a partir de

entonces no volvería a beber. No volvería a permitir que nadie me levantase la mano.

No volvería a rendirme. Desafortunadamente, mi primer propósito respecto al alcohol,

como quienes al comienzo de año nuevo se proponen hacer ejercicio, fue un fracaso.

Necesité recaer y empezar de nuevo tantas veces que, simplemente, dejé de contar. Y

fue en ese momento, en ese instante de descontrol, en el que aprendí a evadirme del

mundo real y sus problemas. Empecé a viajar y a disfrutar.

Dejé mi apartamento y cogí el primer vuelo a París. Aquel viernes 13 de octubre fue la

última vez que estuve en Salamanca, que vi a mis padres, y que, por suerte o por

desgracia, pisé el mundo real. Alrededor de las 15:00 horas llegué a mi destino, la

Torre Eiffel. Y parece ser que compartía destino con alguien más.

Me sonaba su chaqueta, me sonaba su rostro cuando se dio la vuelta, y me sonó su voz

cuando dirigiéndose a mí exclamó: -¿No le parece París la ciudad perfecta? Mi yo de

antes hubiera invitado a ese extraño, aunque familiar, a una cerveza en cualquier bar, sin

importar que pasara a posteriori. No obstante, le respondí con una breve sonrisa y me

dispuse a localizar un taxi para volver al hostal donde me hospedaba.

Antes de que el taxista arrancara destino al Les Piaules, un grito de ahogo enmudeció,

estoy segura, a toda la ciudad. Mis palabras: ¡Por favor, arranque!, quedaron en un

suspiro silenciado por el ensordecedor estruendo de aquella bala, cuya procedencia era

mi destino. De repente, el maletero del taxi se abrió y se cerró. Giré bruscamente la

cabeza pero no vi a nadie. Es más, tampoco estaba el conductor. Entonces apareció el

hombre de antes, ese extraño familiar, y supe lo que había hecho. Casi arrancó la puerta

en un intento de abrirla, pero conseguí bloquearla antes de que eso sucediera. Sí, aquel

hombre no era un extraño. Claro que me sonaba, de hecho lo conocía, él era mi destino.


Nos quedamos mirando el uno al otro por unos segundos y pude leer en sus labios que

volvía a preguntarme: ¿No le parece París la ciudad perfecta? Seguí observando sus

labios, pese a que ya no articularon palabra alguna. La policía ya se encontraba de

camino, algo fácil de saber, ya que esas sirenas tan poco discretas retumbaban por toda

la ciudad. Y si yo las oía, significaba que él también. ¿O no? ¿Por qué no huía? Sacó un

papel de su bolsillo y lo dejó entre los parabrisas del vehículo. Algo dentro de mí quería

abrir las puertas y dejarlo entrar, pero decidí tan solo observar. Efectivamente, estaba

observando a un asesino, y lo peor, es que no sentía miedo, pero es muy pronto para

deciros lo que sentía.

Supe que la policía había llegado cuando el hombre levantó las manos y se arrodilló. En

cuánto un guardia lo arrestó, salí del taxi llorando, dando a entender que yo era la

víctima, pero no estoy tan segura. Lloré, cierto es, pero no de miedo…

Me ofrecieron una manta térmica y un sitio en la parte de atrás de la ambulancia, que

llegó justo cuando abrieron el maletero del taxi. En ese momento, se detuvo el tiempo.

No sé qué vería la policía en ese maletero, pero yo sí sé lo que había, aunque no me

dejasen verlo.

Sin pensarlo dos veces, corrí hacia la parte delantera del coche, pasé por debajo de la

cinta policial y me dejé caer encima del coche. No iba borracha, es más, llevaba sobria

mucho tiempo. No me había vuelto loca. Tampoco estaba siendo víctima de un trauma,

ni tenía alucinaciones. Simplemente no se me ocurrió mejor idea que me permitiera

acercarme más a mi destino. Me dio tiempo a guardarme el trocito de papel, encajado

entre los parabrisas, en el bolsillo del pantalón. Antes de que pudiera incorporarme por

mí misma, dos guardias se me echaron encima y me sacaron de la escena del crimen.

De vuelta a la ambulancia un técnico de emergencias me dio unas pastillas para

tranquilizarme. Claro que, no las ingerí. Cuando el técnico ya se iba, me las saqué de

debajo de la lengua y me las metí en el bolsillo, no en el que estaba el papel, sino en el

izquierdo. Las guardé pensando que las necesitaría más tarde. Al instante, apareció el

comisario jefe. Sospeché que había visto toda mi jugada, pero no le di importancia.-

¿Con que… de España, eh?- me preguntó él con un acento francés muy marcado. Mi

bolsillo derecho me llamaba constantemente, esa nota... Yo quería irme ya, y no dudé en

hacérselo ver. -Sí, señor… ¿Puedo irme ya? Me he llevado un buen susto y quisiera


descansar.- dije con un quiebre en la voz. Seguidamente me prometió que serían solo un

par de preguntas y luego, él mismo me escoltaría a casa.

Durante el pequeño interrogatorio me mostré conmocionada. Mi fallo fue al despedirme

del comisario. No pude evitar apartar un segundo la vista hacia la parte trasera del coche

patrulla, donde me esperaba mi destino. Pero ¿por qué aún no se lo habían llevado?

Hacía ya media hora desde lo sucedido y tenían pruebas más que suficientes. ¿Qué

querían que viese? De repente, noté una mano en mi hombro y me giré histérica: -

¡Henri!- solté por la boca. El comisario quitó lentamente su mano de mi hombro, y

cómo si no hubiera escuchado ese nombre, comentó:-Ya podemos irnos señorita, creo

que le vendrá bien descansar. Y me acompañó hasta el hostal.

Llegué a las 16:13 y fui directa al baño. Devolví todo lo que había comido, por lo

menos, durante dos días. Rápidamente, me apresuré a tocarme el pantalón y al notar que

el papelito seguía allí suspiré. Lo saqué y me senté en la cama: París es la ciudad

perfecta para cometer un crimen, o dos. Y un poco más abajo: Henri. Sentí un

escalofrío y me temblaron las piernas. Pero no de miedo. No me extrañó que supiera su

nombre, ya que era mi destino, y debía conocerlo. Tenía que verle de nuevo. ¿En qué

comisaría estará? ¿Dónde se lo habían llevado? Me detuve enfrente de la puerta y

cuando me disponía a salir por ella, me vibró el teléfono. Descolgué deseando oír

aquella voz de nuevo. Al finalizar la llamada supe cuál era mi misión, pero primero

debía encargarme de unos asuntos, antes de llegar a él, y me iba a llevar tiempo.

Camino a la comisaría, a eso de las 20:15, no podía pensar en otra cosa. Era tarde para

darme cuenta que me estaban siguiendo, era tarde para darme cuenta lo sospechoso que

sería pedir hablar con un asesino, probablemente, mi asesino. En mi mente solo

repasaba las instrucciones de Henri. Hablé con el agente del mostrador y justo en ese

momento, divisé a lo lejos de la comisaría, cómo tres guardias trasladaban a un hombre

esposado a la sala de interrogatorio. Era Henri. Sé que me vio. No sé si fue impresión

mía, pero creo que me sonrió. – Votre client vous attend dans cette pièce, Mlle – me

dijo el guardia señalándome la sala donde habían metido a Henri. Apreté fuerte el

maletín en el que llevaba todo lo requerido, y me adentré en la sala, dejando atrás mi

nombre y mi vida, ahora era la abogada de mi destino. ¿Y cómo defender a un asesino?

La sala estaba vacía, o eso es lo que me hicieron creer. No lo veía, pero sabía que estaba

allí. Entonces, escuché su voz. Con el acento francés más bonito, se dirigió a mí, y solo

a mí: "Hola Celia, ¿le está gustando París?". Como su abogada, debía llamarme Jeannine.

¿Por qué se estaba saliendo de su papel? Esas habían sido sus propias instrucciones. ¿Es

que quería pasarse el resto de su vida en la cárcel? Me quedé mirando al cristal efecto

espejo, porque comprendí, pareciéndose mi vida cada vez más a una película, que detrás

se encontraba Henri. Perpleja ante la extraña situación, él me volvió hablar: -Por favor

Celia, deja el maletín en la mesa y acaba con todo esto- en un tono conmocionado.

Fingiendo. Lo comprendí tarde. El comisario jefe, que no se le había escapado ni uno de

mis movimientos desde que dejé la escena del crimen, entró a arrestarme. Me dejé. Le

ofrecí mis muñecas sin resistencia. A día de hoy, sigo sin entender por qué lo hice.

Podía haber luchado, pero no lo hice. Las cámaras que grabaron cómo Henri mató a

aquella persona, se encontraban destrozadas en mi maletín. Yo misma las había

arrancado de camino a comisaría, bajo testigo del comisario, quien sospechaba de mí

desde que vio el brillo en mis ojos cuando pronuncié aquel nombre: Henri. El hombre

que me había dado una misión. Una misión para sacarlo de la cárcel, sin yo saber quién

iba a sustituirle, porque siempre se necesita un culpable. Henri me había traicionado. No

podía creerlo. Ni siquiera lo intuí cuando me pidió que matase a aquella mujer, y yo lo

hice. Lo hice para cumplir con el trocito de papel: París es la ciudad perfecta para

cometer un crimen, o dos. No me paré a pensar que ese dos era yo. Que yo era su

segundo crimen. Su primer crimen acabó en el maletero de un taxi. Un joven que

paseaba con su madre. Y sí, esa es la mujer a la que yo le había arrebatado la vida. La

única testigo que podría afirmar que Henri era un monstruo.

Henri, libre a costa de mi vida. Aun así no sentía rencor, sentía orgullo. Casi había

completado mi misión. Con dificultad de las esposas, saqué rápidamente unas pastillas

del bolsillo, y me las eché a la boca. Esas pastillas eran el último deseo de Henri. Por

mucho que los guardias intentasen que las escupiera, ya era demasiado tarde. Me

desplomé.

Desperté al día siguiente en una habitación blanca, esposada a la cama. ¿Por qué seguía

viva? Me había tomado la dosis correcta ¿Le había fallado a mi destino? Fuera de la

habitación oía voces conocidas. ¿Mis padres? Un señor con bata blanca les dijo que no

podían verme aún, que era peligrosa, pero que estaba en buenas manos. Por tanto, como

dije al principio, ese 13 de octubre fue la última vez que vi a mis padres, aunque al

menos aún recuerdo sus voces.

Cuando volvió el silencio, el médico se adentró en la habitación, y le hizo un gesto al

guardia que vigilaba en la puerta. El médico, en un claro español, me alertó que estaba

viva de milagro. Si hubiera ingerido cinco pastillas de esas, en vez de cuatro, no me

hubiera escapado. Pero yo estaba segura de que me había tragado cinco pastillas,

entonces lo comprendí. Las había metido en el bolsillo izquierdo del pantalón en el que

había guardado los tranquilizantes que me dieron en la ambulancia. Debí haber tomado

uno de esos. Había fallado. Miré al doctor y él me miró. Quise contarle la verdad, pero

se me adelantaron otras palabras: 

- ¿Henri está bien? 

El doctor, por lo visto psiquiatra, me confesó con delicadeza que Henri no existía y que era

 producto de mi imaginación. Un delirio. Me cabreó tanto que hablara así de mi destino. 

¿Que no tengo destino? ¿Era ese mi castigo por haberle fallado? Ese hombre me tomaba por loca. 

Me contó que yo había hecho cosas horribles. ¿Es malo perseguir mi destino? Grité. Pataleé. 

Me reventé las muñecas de tanto golpear las esposas contra la barandilla de la cama, ahuyentando

así al hombre irrespetuoso y mentiroso de bata blanca.

Desde ese día, ese sitio me cambió, el hombre malo de la bata blanca me borró todos

los recuerdos, Henri. Tan solo de vez en cuando sueño por las noches. Sueño con esa

vida perfecta que siempre quise, y que no es posible cumplir si no es a tu lado.

¿Realmente existes? ¿Realmente he estado en París? Con todos mis recuerdos borrosos,

dudo saberlo nunca. Entre estas cuatro paredes blancas, ya no existes. Solo cuando

cambian de color, al caer la noche, escucho tu voz: ¿No te parece París la ciudad

perfecta? Algún día iré a París y te lo diré. Pero afirmo sin haber estado que, en la

ciudad perfecta me enamoré.








domingo, 3 de abril de 2022

CONCURSO DE FOTOGRAFÍA "SALVA UN LIBRO"

 Fahrenheit 451 es una novela distópica del escritor estadounidense Ray Bradbury, publicada en 1953 y considerada una de sus mejores obras. La novela presenta una sociedad del futuro en la que los libros están prohibidos y existen "bomberos" que queman cualquiera que encuentren. En esta sociedad existen algunos rebeldes que se juegan la vida por asegurar la pervivencia de los libros más relevantes de la historia de la humanidad.


Imaginaos que habitaseis esa sociedad ficticia en la que los libros estuvieran en peligro... ¿Cuál de ellos salvaríais?

Tomando como punto de partida esta pregunta, el Departamento de Lengua y Literatura del IES Aljada ha convocado un concurso de fotografía para conmemorar el próximo Día del Libro, en el que podrán participar todos los integrantes de la comunidad educativa del centro. 

Estas son las bases:

1. HAZ UNA FOTOGRAFÍA EN LA QUE APAREZCAS CON EL LIBRO QUE DESEAS SALVAR. Esta fotografía se deberá enviar al siguiente correo electrónico: biblaljada@gmail.com. En el mensaje constará el título del concurso (SALVA UN LIBRO), los datos personales del participante (nombre y apellidos y curso) y el título del libro. Se valorará positivamente que la foto vaya acompañada de un breve texto en el que se explique la elección realizada. 

2. Las fotografías deberán ser originales. Pueden ser selfies o fotografías hechas por otras personas.

3. Las fotografías recibidas formarán parte de una exposición.

4. Se otorgarán tres premios. 


5. El plazo de entrega de fotografías termina el próximo día 29 de abril. 

Aquí tenéis algunas de las fotos premiadas en el concurso el año pasado:












viernes, 25 de marzo de 2022

LAS SINSOMBRERO: CONCIERTO POR LA IGUALDAD DE GÉNERO. LA MUJER VISIBLE

 El pasado miércoles, 16 de marzo, los alumnos y alumnas varios grupos de 4º de ESO del IES Aljada tuvieron la oportunidad de asistir, junto con sus profesoras de Lengua y Literatura, al concierto que se celebró en el Teatro Romea y que llevaba por título: LAS SINSOMBRERO: CONCIERTO POR LA IGUALDAD DE GÉNERO. LA MUJER VISIBLE. 

El concierto estuvo a cargo del cantautor Paco Damas y su banda, quienes se metieron al público asistente en el bolsillo con su buen hacer. Las canciones, inspiradas en su mayoría poemas de autoras de la Generación del 27, forman parte del último disco editado por el autor bajo el título "Paco Damas canta a las sinsombrero". Estas canciones fueron glosadas por el cantante, que explicó de forma clara y amena quiénes fueron estas escritoras y cuáles fueron sus logros literarios. Las canciones se iban intercalando con poemas recitados por alumnas de los institutos asistentes al evento, con el objetivo de darles voz en nuestros días, de hacer llegar a nuestros jóvenes las palabras, tanto tiempo silenciadas, de estas mujeres valientes, que con su labor tendieron puentes y abrieron caminos para las mujeres españolas de las siguientes generaciones. Poemas y canciones se acompañaron de proyecciones de vídeos, imágenes y textos que hicieron el concierto más entretenido y didáctico. 


El concierto respondió completamente a las expectativas creadas y se consiguieron sobradamente los objetivos perseguidos, a saber:

- Recuperar la memoria de unas mujeres emprendedoras, modernas y valientes que participaron en la vida intelectual de los años 20 y 30 y que se anticiparon  e hicieron posible a la mujer de hoy. 

- Acercar a los alumnos y alumnas a la lucha por la visibilidad de la mujer, la igualdad y la no violencia de género, fomentando la educación en convivencia y los valores igualitarios entre los jóvenes.

Sirva este breve espacio para homenajearlas a ellas, las Sinsombrero: MARÍA ZAMBRANO, ROSA CHACEL, MARÍA TERESA DE LEÓN, ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN, CONCHA MÉNDEZ, JOSEFINA DE LA TORRE, ÁNGELA FIGUERA y, nuestra murciana, CARMEN CONDE. 

Os animo a qué leáis la obra de estas escritoras. Seguro que os sorprende la modernidad de sus versos y os conmueve la sinceridad emocional que destilan. Si queréis saber más sobre ellas, os recomiendo que veáis los documentales de RTVE llamados "Imprescindibles: las Sinsombrero". 



SI DERRIBAS EL MURO            Ernestina de Champourcin 

¡Si derribas el muro 

qué gozo en todas partes! 

¡Qué lazo de palabras 

se sentirá en la tierra! 

Y todo será nuevo, 

como recién nacido... 

Si derribas el muro 

de todas las mentiras 

¡Qué júbilo de amor 

abierto sobre el mundo! 

¡Qué horizonte sin nubes 

en la curva del cielo!



   LA TARDE, Josefina de la Torre 

La tarde tiene sueño 
y se acuesta en las copas de los árboles. 
Se le apagan los ojos 
de mirar a la calle 
donde el día ha colgado sus horas
 incansable. 
La tarde tiene sueño
 y se duerme mecida por los árboles.
 El viento se la lleva
 oscilando su sueño en el aire. 





María Zambrano, Para Edison Simons   
El agua ensimismada   
¿piensa o sueña? El árbol que se inclina 
buscando sus raíces   
el horizonte, ese fuego intocado 
  ¿se piensan o se sueñan?
   El mármol fue ave alguna vez, 
  El oro llama;  
 El cristal aire o   
Lágrima   
¿Lloran su perdido aliento?
   ¿Acaso son memoria de sí mismos 
  y detenidos se contemplan ya para siempre?   
Si tú me miras, ¿qué queda?  



PAULA GALÁN, EX-ALUMNA DEL IES ALJADA, PUBLICA UN LIBRO DE POESÍA

Golpes de palabra es el certero título que Paula Galán ha dado a un pequeño libro de poemas que acaba de ver la luz. La autora, que inaugura su aventura literaria con esta obra, cuenta veintipocos años, algunos de los cuales pasó en las aulas, en los pasillos y en el patio de nuestro instituto. Aquí, según ella misma cuenta, empezó a escribir sus primeros titubeantes versos y descubrió el valor de la lengua, de las palabras. 

Hace unas semanas volvió al instituto para presentarnos su obra. Paula tuvo la amabilidad de charlar con varios grupos de alumnos y alumnas sobre su experiencia literaria y los animó a perseverar y perseguir sus sueños, por imposibles de alcanzar que parezcan. La escritora leyó y comentó algunos de sus poemas, que entusiasmaron a su auditorio.

Golpes de palabra es una lluvia ácida de versos breves, secos e impúdicamente sinceros, en los que la escritora con un estilo directo y coloquial refleja sus emociones, sus inquietudes, sus miedos, sus desengaños, sus pasiones y su lucha vital. Desnudos de alardes eruditos, los versos apuntan directamente a las entrañas de los lectores jóvenes que indefectiblemente se identifican y encuentran a sí mismos en ellos. 

Si os animáis a leer esta obra, podéis pedirla prestada en nuestra biblioteca. También podéis encontrarla en las mejores librerías.